Hemodiálisis: Gracias abuelita

Hoy tengo especial dedicación a mi abuelita, en realidad fue la primera paciente que yo atendí. Soy Angelina y nací hace bastantes años en un pueblo pequeñito de montaña, tendría unos 6-7 años cuando mis tíos de la capital vinieron al pueblo a visitarnos y me regalaron un botiquín, todo de plástico por supuesto. Pero me hizo muchísima ilusión. ¿Con quién iba a practicar?... con mi querida abuela que pasaba largas horas en la cama, ya que estaba enferma. Lo que empezó como un juego se convirtió más adelante en mi verdadera vocación, que después de unos años se hizo realidad. Cuando pienso en cómo empezó todo, siempre me acuerdo de ti, abuela. Tú formaste parte de mis ilusiones y llenaste de imaginación mi infancia. 
Después de muchos años trabajando, sigo teniendo la misma ilusión y dedicación que en mis incicios. Me gusta mi profesión, aunque a veces diga "debería haber estudiado otra cosa!!", no es cierto, no podría hacer otra cosa que ésta, soy cuidadora desde la infancia. Me gusta reflejar mi dedicación a los pacientes, que se sientan seguros y sentir que mi labor diaria ayuda a la gente.
Los años pasan y vamos labrando caminos, haciendo recorridos y eligiendo cuál seguir. Escogí, sin duda, el mejor de ellos. Ahora me encuentro en un sendero maravilloso del que no me gustaría salir, confortable conmigo misma y sabiendo que ayudo a los que están a mi alrededor, a que su camino se parezca cada vez más al mio.
Gracias abuelita por adentrarme en esta profesión tan maravillosa.

                                                                                                                                                    Angelina.